Las apuestas de la editorial Impedimenta son altas, como lo fueron antaño las de Funambulista. Enrique Redel, su director, se mueve en el paño verde de la literatura con experiencia de jugador de primera línea: ni se impacienta ni lo tienta el corto plazo, apuesta fuerte pero no a tontas y a locas. Va tras las recompensas de la calidad.
A su paso por Funambulista, las fichas a pleno de Redel fueron a Mircea Cărtărescu. Más tarde lo atrajo a Impedimenta. Coronado cual número favorito de la segunda columna del paño, el escritor no dejó de dar satisfacciones: primero a los lectores, después a la editorial de Madrid. Por esos caprichos del azar o del universo lúdico, la nouvelle El ruletista –por más que la ruleta rusa esté en las antípodas del tipo de apuestas que aquí se destacan- fue el éxito inicial del artista rumano en el ámbito de habla hispana.



Enrique Redel, a fuerza de conjugar oficio, sensibilidad y olfato, logró la sinonimia entre calidad e Impedimenta. En la esfera simbólica, se constituyó en soberano de la comarca de la buena literatura, zona olvidada por los titanes de la letra impresa, orientados con exclusividad a satisfacer la impaciencia por el beneficio de sus accionistas.

Cărtărescu, desde lo artístico, fue piedra angular de estos logros editoriales. Sus obras, además, abrieron el camino de llegada a otros escritores rumanos de gran valía hasta los lectores peninsulares e hispanoamericanos.
Sin ser gigante ni candidata al monopolio, Impedimenta ha dejado de ser una editorial pequeña. No depende del hipster ni del snob, ni de acoplarse a alguna moda que le saque las papas del fuego. Su catálogo es un micro-canon literario: “Impedimenta aspira a proponer un canon”, había declarado Redel hace un lustro. Y no se aparta de esa senda. La narrativa rumana, por su parte, es medular para el canon propuesto.

Cuando los lectores de nuestra comunidad lingüística evocamos la obra de Mirecea Cărtărescu, inmediatamente se nos presenta el nombre de su traductora, Marian Ochoa de Eribe. Su estilo de traducción, sin duda, armoniza con la escritura del autor rumano e, incluso, va más allá: nuestro Cărtărescu es el Cărtărescu que ella ha logrado ofrecernos en esplendor a fuerza de ahondar en su palabra y en su cultura, en virtud de ser una rumanista con particular sensibilidad literaria.
“El primer libro de Cărtărescu que publiqué en Impedimenta fue El ruletista, que funcionó muy bien, y luego me fui lanzando a otros títulos. Pero siempre de la mano de su traductora, Marian Ochoa de Eribe; me dejo aconsejar mucho por ella.”, explicaba Enrique Redel en 2018.
A través de los años, gran parte de la obra del autor de Nostalgia ha sido traducida al castellano y publicada por Impedimenta. Nos parecía un imposible, pero estábamos equivocados.
El ruletista, Madrid, Impedimenta, 2010.
Lulu, Madrid, Impedimenta, 2011. Traducción de Marian Ochoa de Eribe.
Nostalgia, Madrid, Impedimenta, 2012. Incluye El ruletista. [Visul, Humanitas 1993.]
Las Bellas Extranjeras, Madrid, Impedimenta, 2013. Traducción de Marian Ochoa de Eribe.
El Levante, Madrid, Impedimenta, 2015. Traducción de Marian Ochoa de Eribe.
El ojo castaño de nuestro amor, Madrid, Impedimenta, 2016. Traducción de Marian Ochoa de Eribe.
El ala izquierda (Cegador, 1), Madrid, Impedimenta, 2018. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. [Orbitor, Aripa stângă, Humanitas, 1996.]
Solenoide, Madrid, Impedimenta, 2018. Traducción de Marian Ochoa de Eribe.

El cuerpo (Cegador, 2), Madrid, Impedimenta, 2020. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. [Corpul, Humanitas, 2002.]
Poesía esencial, Madrid, Impedimenta. 2021. Selección de poemas realizada por el autor; edición bilingüe. Traducción de Marian Ochoa de Eribe y Eta Hrubaru.
El ala derecha (Cegador, 3), Madrid, Impedimenta, 2022. Traducción de Marian Ochoa de Eribe. [Orbitor, Aripa dreaptă, Humanitas, 2007.]

Baudoin, Edmond, Travesti de Mircea Cărtărescu, Madrid, Impedimenta, 2021. Traducción de Lorenzo F. Díaz. Adaptación al cómic de Lulu.